A lo largo de la historia de los 30 años de la Universidad, han pasado un sinnúmero de personas que han aportado a la construcción de una institución como la nuestra. Sin embargo, hemos querido recordar en la editorial de hoy a un personaje que fue fundamental para la existencia de este proyecto.
Así es como hemos recorrido un camino de recuerdos que nos llevan a sus inicios. A la llama que encendió este fuego que aun vibra y opera todos los días para formar personas capaces, solidarias y justas.
La llama que encendió el fuego es un grupo de personas que hace más de 30 años se reunieron, compartieron inquietudes, platicaron sus sueños y buscaron que se hicieran realidad. “¿Qué podemos hacer por Acapulco?” fue la pregunta clave que detonó todo: una universidad privada que diera la oportunidad de estudiar en la ciudad a muchos jóvenes que buscaban otras opciones.
Era la década de los 80’s, quizá 1984 o 1985 cuando César Bajos y Enrique Pasta, reunidos como tantas veces, decidieron hablar con el Dr. Jaime Castrejón Diez e invitarlo a participar y quizá encabezar un patronato para el proyecto de Universidad que estaban pensando.
Le hablamos por teléfono, yo estaba en alta voz, y comenzamos a hablar: “¿Qué se les ofrece?” Queremos irlo a visitar, queremos hablar algo con usted. ¿Cuándo nos puede dar cita? Nos dijo: “miren, estoy muy ocupado, estoy viajando mucho, no veo que a corto plazo los pueda recibir, pero por la confianza díganme ahorita lo que se les ofrece”, y ahí mismo desde el altavoz: “Queremos que usted sea el que encabece el patronato para traer al Tecnológico de Monterrey a Acapulco”.
Habiéndonos dado el sí, fue como en 1986 constituimos el patronato denominado “Enseñanza e Investigación Superior de Acapulco A.C.” que es el patronato dueño del terreno e instalaciones.
Este predio en Cumbres de Llano Largo, que gracias a la intercesión del Dr. Jaime Castrejón Díez con el entonces gobernador José Francisco Ruiz Massieu, fue donado a título gratuito por el Fideicomiso Acapulco al patronato en 1988, y ya con el terreno, cuatro años después, nace en 1992 la Universidad Loyola del Pacífico, A.C.
Al Dr. Jaime Castrejón Díez le agradecemos su confianza y la fe puesta en esta iniciativa para que este proyecto educativo tenga hoy un espacio idóneo para albergar no solo a la Universidad, sino también a la prepa y a la secundaria.
Al Dr. Jaime Castrejón Díez lo recordaremos hoy y siempre. Descanse en Paz.