Saber cómo acompañar. Visita al asilo “Los hermanos del anciano”.

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En los treinta años de la fundación de la Universidad Loyola del Pacífico y que con el tiempo dio pie a la apertura de la Prepa y Secu Loyola, hasta formar un Sistema, se nos ha caracterizado por dar una formación humana e integral a todos los estudiantes que han formado parte de este proyecto.
Pero ¿A qué nos referimos con una formación humana e integral? Cuando hablamos de esos dos puntos nos referimos a la idea de que la educación debe ser una experiencia transformadora que permita a los estudiantes desarrollar su potencial humano y encontrar un sentido de propósito y significado en la vida.
Este enfoque se basa en la idea de que la educación no solo debe proporcionar conocimientos técnicos y habilidades prácticas, sino también fomentar el desarrollo personal y social del individuo poniendo énfasis en el desarrollo de la conciencia y la responsabilidad social.
En esa responsabilidad social nos corresponde hacerlos concientes de las distintas realidades y problemáticas que hay en nuestro entorno, y encontrar la manera para que desde nuestros espacios podamos generar un cambio.
La Experiencia Social es uno de los proyectos con los que la Secunadaria Loyola busca promover en las y los jóvenes una conciencia social para que se pongan al servicio de las y los demás, sobre todo desde una preocupación particular por los grupos más desfavorecidos y en contexto de injusticia y desigualdad, para hacer del amor y las obras un compromiso voluntario.
Por lo anterior es que el 30 de marzo y el 27 de abril los estudiantes de segundo y tercer año de secundaria asisiteron al asilo “Los hermanos del anciano”.
Durante el espacio los estudiantes convivieron con las personas del asilo a través de distintos juegos de mesa, otros estudiantes se dedicaron a contar cuentos y a tener una conversación con los adultos mayores que tenían dificultad para caminar, y algunos otros alumnos apoyaron en labores de limpieza en el bazar que sirve como sustento extra para el asilo.
Una vez terminada la actividad en el asilo se procedió a tener trabajo en el aula donde a través de un conversatorio se recogió el sentir y el aprendizaje de los alumnos. Se inició con una pausa ignaciana donde al cerrar los ojos se les encaminó a recordar los rostros de los adultos mayores con quienes convivieron, resaltado a la  vejez como una etapa de vida del humano, siendo un proceso natural, progresivo, donde dicho sector es uno de los más vulnerables al sufrir el abandono, maltrato psicológico y físico.
También se proyectó el cortometraje ¿Qué es un gorrión? cuyo mensaje es apreciar a nuestros familiares mayores y que necesitan de nuestra ayuda, comprensión y empatía.
Hablar con el señor Arturo se nos hizo muy interesante porque nos dio muchos consejos para la vida, además de platicarnos sobre música, su historia de vida. – Kumari Rojas, alumna.
Me gustaría que más escuelas hagan este tipo de servicio en los asilos para que fomentemos la conciencia de la situación de los adultos de la tercera edad. – Bryanna, alumna.
Estas actividades de inserción social están presentes en todos los niveles de secundaria, lo que ayuda a que los estudiantes concluyan sus estudios no solo con conocimientos académicos, sino también con una responsabilidad social que los hará estar constantemente interesados en buscar la manera de mejorar su entorno. Esto es a lo que nos referimos cuando hablamos de dar a nuestros estudiantes una formación humana e integral.

 

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