Autoconocimiento: la clave de una comunidad auténtica.
La adolescencia es una etapa de búsqueda, donde el anhelo de pertenecer a una comunidad que nos acepte y nos haga sentir parte de algo más grande se vuelve esencial. Sin embargo, surge una pregunta clave: ¿cómo podemos construir una comunidad sólida si primero no nos conocemos a nosotros mismos ni a los demás?
Bajo esta premisa, los estudiantes de primer año de la Prepa Loyola participaron en el Campamento Ignaciano “Existe”, un espacio diseñado para reflexionar sobre la importancia de la comunidad dentro del grupo de clase. Durante la jornada, se abordó un principio fundamental: no se puede amar ni valorar aquello que no se conoce.
Conocerse a uno mismo desde la adolescencia es un proceso clave para el crecimiento personal. Identificar nuestras emociones, valores y propósitos permite no solo relacionarnos mejor con los demás, sino también encontrar un sentido de vida que guíe nuestras decisiones y nos lleve a un desarrollo más pleno. Al descubrir quiénes somos, construimos una identidad más sólida y aprendemos a enfrentar los desafíos con mayor claridad y confianza.
El compartir tanto alegrías como dificultades no solo fortalece la empatía y el apoyo mutuo, sino que también nos ayuda a reconocer que los miedos y desafíos que enfrentamos no son exclusivos de cada uno. Al descubrir que otros también los experimentan, se crea un puente hacia la solidaridad, una red de apoyo, el acompañamiento y el crecimiento conjunto.
Más que una experiencia aislada, este campamento dejó una huella profunda en las y los estudiantes, recordándoles que una comunidad auténtica se construye con apertura, confianza y un genuino interés por el otro.